Trenque Lauquen atraviesa un periodo oscuro

Desde el fallecimiento de Jorge Barracchia en enero de 2011, cuando comenzaba a transitar su cuarto año del mandato iniciado en diciembre de 2007, el partido de Trenque Lauquen ingresó en una etapa de transición política signada por contrastes y situaciones inéditas.

La excusación del primer Concejal Norberto Rosa posicionó a Raúl Feito como Intendente interino y precandidato del Frente para la Victoria que se impuso en las Primarias de 2011 a la lista que formamos otras agrupaciones y que encabezara el arquitecto Jorge Prieto.

En octubre de ese año Feito, en la lista del FpV encabezada por la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner, se impuso a nivel local ante la transitoria alianza de la UCR con Francisco De Narvaez.

Quienes integrábamos aquel sector opositor interno formulamos entonces algunas advertencias sobre riesgos o tendencias que lamentablemente luego se han verificado.

En medio del periodo eleccionario de 2013 el Intendente mudó de partido, quedando aislado políticamente en todos los niveles.

A nivel local, ninguno de los actuales 17 concejales se reconoce oficialista y no hay agrupación política que respalde al Palacio de la calle Villegas.

Aquellos que comparten su mismo espacio –el Frente Renovador- no solo no apoyan la gestión sino que siquiera tienen diálogo con el titular del Ejecutivo, quien no ha tomado licencia alguna en más de tres años por carecer de reemplazo interino con afinidad política.

El gabinete municipal ha quedado integrado por funcionarios “apolíticos” que se limitan a cumplir “funciones técnicas” exceptuando el Secretario de Obras Públicas y la Contadora Municipal que –junto al Intendente- forman la “asociación vecinal” que de hecho gobierna Trenque Lauquen, la que reconoce sólo esos tres afiliados.

A propósito de los referidos funcionarios, parecen ser quienes se esfuerzan –cada vez con mayores dificultades- en sostener el peso diario de la administración, quedando el alcalde reservado a tareas más representativas, entre ellas escupir sonoros vitupereos contra todo quien ensaya alguna crítica y viajar hacia uno de los pocos municipios bonaerenses que ha plantado más palmeras pindó que Trenque Lauquen.

El debate político se ha empobrecido, girando sobre cuestiones ornamentales, mientras siguen sin resolverse los grandes problemas y desafíos en torno a infraestructura y sustentabilidad de servicios básicos.

La gestión legislativa, sin el clásico juego oficialismo-oposición, también se ha degradado con instrumentos bastante desafortunados que evidencian falta de rigor técnico en su elaboración y orientación política en su inspiración.

Mientras lo único "permitido" es hablar de "bien común" y se niegan los conflictos -como en los peores periodos históricos-, cada tanto un nuevo "error administrativo" denota cierta falta de control de gestión y transparencia en algunas áreas municipales. Generosas pautas publicitarias moderan la publicación de discrepancias, cuando no ponen sordinas.

Por suerte está comenzando un largo proceso electoral que culminará en octubre del próximo año 2015, el que esperamos pueda reparar las anomalías y restituir representación.