TRENQUE LAUQUEN. Recupero de Plusvalías Urbanas. Abriendo camino.




  En ámbitos académicos y de la administración pública con frecuencia se hacen referencias a las experiencias registradas en el Municipio de Trenque Lauquen (Provincia de Buenos Aires, Argentina) a partir de 2008 como antecedente de lo establecido posteriormente por uno de los capítulos de la ley provincial de acceso justo al hábitat 14.449 en torno a la recuperación pública de las valoraciones inmobiliarias generadas por la acción urbanística.




Fue un orgullo participar acompañando aquella experiencia gubernamental liderada por el Intendente Jorge  Alberto Barracchia que generó, entre otras iniciativas novedosas, esa herramienta jurídica para la redistribución de rentas y acceso al hábitat.

Puesto a describir aquél proceso, encontré que desde fuera de Trenque Lauquen lo habían hecho en forma inmejorable, incluso señalando debilidades o aspectos a mejorar. Se trata de dos informes de distintos autores.

1.- Uno de ellos es el estudio titulado "Recuperación de plusvalías a través de la contribución por mejoras en Trenque Lauquen, Provincia de Buenos Aires – Argentina" elaborado por Juan Ignacio Duarte y Luis Baer,  Documento de Trabajo del Lincoln Institute of Land Policy.

https://www.lincolninst.edu/sites/default/files/pubfiles/duarte-wp14jd1sp-full_0.pdf

también en:
https://www.lincolninst.edu/publications/working-papers/recuperacion-plusvalias-traves-la-contribucion-por-mejoras-en-trenque 

2.- El otro es el trabajo de Juan Luciano Scatolini titulado "El suelo urbano como factor redistributivo (La Municipalidad de Trenque Lauquen demuestra que se puede)".

http://www.revistarap.com.ar/Derecho/ambiental/medio_ambiente/1amb0001099748000.html

también en: 
http://www.scba.gov.ar/includes/descarga.asp?id=8825&n=EL%20SUELO%20URBANO%20COMO%20FACTOR%20REDISTRIBUTIVO.doc

Remito pues a los mismos con nuestro reconocimiento a los autores.




Finanzas municipales estresadas

Las finanzas de la mayoría de los municipios bonaerenses arrojan en general indicadores preocupantes. 

En nuestra Región para muchos no es novedad. 

Trenque Lauquen y su cambio de tendencia.

(*)


Mishiaduras municipales.

En nuestra región, existen Partidos que presentan conformaciones estructurales que los ha diferenciado históricamente a la hora de reunir recursos y afrontar gastos.

Extensión territorial, densidad demográfica, dispersión o concentración de los núcleos urbanos principales, fortaleza o debilidad del sector privado, culturas administrativa y tributaria locales, entre otras cuestiones, han hecho y hacen sensibles diferencias a la hora de gobernar un Municipio u otro.

La coyuntura actual, sin embargo, ha deteriorado el estado financiero relativo de todos.

Los excesos pluviales del primer semestre de 2017 anegaron campos y caminos rurales, exigiendo recursos extraordinarios, y –a su vez- deteriorando los promedios de recaudación de uno de los recursos propios de mayor impacto: la tasa por conservación de red vial rural.

Directo desde el freezer al microondas, el segundo semestre trajo una sequía que se extiende a este principio de 2018 y que causará perjuicios ostensibles en  empresas agropecuarias, sus proveedores y prestadores de servicios, con la consiguiente depresión de la actividades económicas locales.

Para colmo, la Gobernadora de la Provincia se ha demostrado reacia en “compartir” con los Intendentes los recursos extraordinarios que se transfirieron mayormente a Buenos Aires desde los bolsillos de los sufridos jubilados.

La nuevas mayorías en la Legislatura provincial terminaron con los fondos especiales para infraestructura, el Fondo Educativo aumenta restricciones y la adhesión a la Ley de Responsabilidad Fiscal encorsetará algunas gestiones.

El mago Barracchia. Obras y billetes.

Entre otras fortalezas exhibidas con orgullo, el Partido de Trenque Lauquen tiene una tradición de salud financiera extendida durante las últimas tres décadas.-
Más allá de subas y bajas temporarias, los balances superavitarios superan a los ejercicios con saldos en rojo.

El Intendente Jorge Barracchia fue antetodo un administrador implacable.

Desde 1989 aumentó la eficiencia en la prestación de servicios (de higiene urbana y salud, entre otros) a la vez que convirtió el cobro de las contribuciones por obras de infraestructura o equipamientos sectoriales, en motor del desarrollo urbano y dinamizador de las microeconomias.

La cultura de pagar con esfuerzo el costo de una obra que se garantizaba ejecutar en tiempo y forma -impactando en el mejoramiento barrial, la calidad de vida y hasta los valores inmobiliarios-, se constituyó en un círculo virtuoso que explica en buena parte la merecida fama del médico que abandonó el quirófano para dedicar su vida apasionadamente a gobernar.

Queda para la anécdota en los años 90s el traspaso compulsivo (ante la sorpresa del Gerente y la censura del Tribunal de Cuentas) de los excedentes financieros acumulados, desde el Banco Provincia hacia otra entidad privada, en repudio por la diferencia de intereses que recibía el Municipio respecto del sector privado. El “gordo” en estado puro.

El interregno de Juan Carlos Font (2001-2007) no desentonó al menos en ese aspecto, aunque la entrega del sillón de la planta alta del Boulevard Villegas en diciembre de 2007 –con carpetazo de una actual Concejal incluido- resultó bastante desprolija.

A partir de 2008 se puso nuevamente en marcha la “máquina” Barracchia: Pese a un contexto general recesivo, la construcción por administración de la mitad de las viviendas del Plan Federal II dejó un ahorro importante que –con algún “dibujo” contable en el medio- sirvió para reactivar el abandonado Programa de Construcción de Viviendas por Círculo Cerrado.

Las nuevas fuentes de recursos propios representadas por una tasa de red vial efectivamente auto-ajustable (por mix de valores de frutos agropecuarios) y el recupero de plusvalías (que a su vez era remolcado con una agresiva gestión de ampliaciones urbanas), sirvieron para revigorizar las finanzas en el corto periodo de tres años.

Cuando lo sorprendía la muerte aquel caluroso mediodía de enero de 2011, Barracchia dejaba en las arcas municipales fondos de libre disponibilidad para atender más de dos meses de gastos ordinarios, y los recursos afectados a obras específicas devengando jugosos intereses a plazos fijos.

Inicio del deterioro.

La simple observación de los balances semestrales a partir de 2011 permite visualizar un suave pero persistente declive en los saldos disponibles. El ex Intendente Feito terminó o encaró durante sus cinco años de gestión obras importantes y especialmente visibles, pero la ineficiencia en la ejecución de las mismas fue acentuando ese deterioro.

Se destacan entre ellas la ampliación del Hospital sobre la calle Castelli y la remodelación y ampliación de la Terminal de micros.

Se  exacerbó el sistema de tercerización mediante trabajadores monotributistas, en detrimento de la centralización y administración de los recursos humanos y equipamientos propios, mientras que se relajaron diversos sistemas de control.

Un ejemplo: según un informe rendido al Concejo Deliberante en 2013, la cantidad de mano de obra en colocación de pisos en la Terminal duplicaba la superficie disponible, y curiosamente casi todas las baldosas habrían sido pegadas por mujeres, cuya presencia nunca se visualizó en el lugar.

Los garrochazos políticos intempestivos del entoces Intendente, cabe mencionarlos, también conspiraron contra el flujo de fondos discrecionales por parte de los gobiernos nacional y provincial.

Por esas u otras razones, el caso es que las urnas fueron implacables en 2015 marcando nuevos rumbos.

La herencia de Miguel Fernandez.

Rara avis entre los médicos, el actual Intendente llegó precedido con buenas experiencias como administrador en el sector privado: su desempeño en la Clínica Garcia Salinas y en su propio Centro de Nefrología. El paso previo por el Deliberante y su inclinación al estudio de los temas en profundidad potenciaron sus capacidades de gobernanza.

Pese a ello, le llevó más de un año “poner la casa en orden”. Dificultades iniciales para la formación del gabinete y desórdenes encontrados en reparticiones y procedimientos internos se llevaron las energías iniciales.

Saldos bancarios exiguos, obras pendientes, viviendas adjudicadas sin construir y múltiples situaciones inequitativas o confusas en la nutrida planta de personal.

Al menos, producto de las elecciones del 2015, el Municipio de Trenque Lauquen quedó “alineado” con el amarillo imperante, lo que le ha abierto el grifo de algunos fondos que no abundan en otros de distinto color.

El destino y la –otra vez- eficiencia de su uso es otro cantar. Obras tan costosas como la remodelación del Acceso a la Ruta 5 y la renovación de las redes de servicios en la zona céntrica, han dado hasta ahora más dolores de cabeza que réditos políticos, tal vez por errores en su implementación.

Fernández, pese a las adversidades, persevera en sus esfuerzos y proyecta acciones que las reviertan.

Un 2018 desafiante.

Pero los ejercicios pasan y los números siguen apretando.

Las inclemencias climáticas comentadas al inicio nada ayudaron. Paliar los efectos de inundaciones demandaron en el ejercicio pasado importantes recursos extraordinarios, compensados parcialmente desde el fondo de infraestructura, ahora desaparecido.

El notorio incremento del organigrama de funcionarios y técnicos, y el incesante crecimiento de la nómina de empleados, se llevan cada vez mayor tajada presupuestaria.

Los recursos para colmo no siempre son bien asignados: “Sobran arquitectos y faltan enfermeras”, se quejan en algunos pasillos.

Un Contador quiere más ingresos.

En las últimas semanas dos Contadores vinculados al “riñon” de la conducción municipal han efectuado declaraciones significativas, que parecen haber pasado desapercibidas para muchos.

Según informó DIARIO LIDER, el Intendente Interino Alfredo Zambiasio manifestó que este año habrá aumentos de tasas municipales en la ordenanza impositiva y sostuvo que analizan subir algunos puntos a las tasas generales o generar una nueva tasa de servicios.

La idea del Concejal Contador es tener listo un Proyecto de nueva Ordenanza Impositiva para el regreso del jefe comunal el 9 de marzo.

Aparentemente el panorama financiero visto por Zambiasio lo persuadió de la necesidad de mejorar ingresos de propia jurisdicción a la brevedad posible.

El bloque oficialista del pro-radicalimo local tiene ahora mayoría como para imponer aumento en las tasas, queda el interrogante si todos sus sectores internos deciden apoyar.

Otro Contador pone torniquetes al gasto.

Mientras tanto, según recogió también el mismo medio digital local, el Secretario de Hacienda Pablo Silvani refirió nuevas medidas para “mantener el orden económico y los gastos que tiene dentro del presupuesto municipal cada área de trabajo”.

Se definió trabajar bajo la modalidad de Cuota Compromiso -explicó- donde cada área del presupuesto total tiene asignado un monto, de ese monto se le otorga el 80% que es prorrateado trimestralmente. O sea que cada responsable de área deberá manejarse con un presupuesto trimestral, según el cual será evaluado.

“Esto es una manera de ordenar el gasto y también de hacer un poco de docencia con los funcionarios” dijo Silvani. “Porque todos son muy técnicos en lo suyo, pero lo que es presupuesto no es muy fácil de entender con la realidad del gasto que tienen para hacer, entonces es una manera de que se vayan adaptando y que estén más tranquilos para la ejecución del mismo".

Mucho para leer entrelíneas.

Traducido al castellano, el Contador que goza de la plena confianza y respaldo del Intendente Fernández envió un mensaje interno que podría resumirse así: Este año el que no hace los deberes con sus gastos recibirá un tirón de orejas o una patada en el trasero.

Al menos, hasta que se acerquen nuevas elecciones.

(*) Colaboración especial para DIARIO LIDER
 http://diariolider.medios.com.ar/