TRENQUE LAUQUEN, LA PELICULA.

     Ojo, no se trata para nada de una crítica cinematográfica. Hay muchas de ellas desde diversos ángulos, todas laudatorias, en medios nacionales e internacionales de las más diversas líneas editoriales.
Estos son simples apuntes escritos en forma apresurada y aleatoria, luego de asistir ayer a la función en el Malba.
La función comenzó a las 20 y terminó luego de medianoche. Iniciada la proyección la atención fue total, la platea absorbida por la pantalla.
Trenque Lauquen como ciudad no es el simple escenario de una ficción que esperaba encontrar. Su presencia es muy fuerte, un entorno que envuelve con su identidad muchos pasajes del relato.
No sobra insistir con la aclaración, es una ficción a la que no cabe exigirle ningún apego ni coherencia con la ciudad real. Pero aún así, hay visiones de lugares, edificios o imágenes que son nuestros símbolos para reconocernos, y en la película también aparecen como arquetipos, aunque de ellos se deriven otras subjetividades. Vale otra aclaración, el filme no esta pensado para los circuitos comerciales, solo es buen cine.

El nombre, redescubro, tiene mucha fuerza. Y la peli lo usa a todo volumen. Se repite en las recurrentes imágenes del arco de entrada y se replica en las denominaciones de sus instituciones (municipalidad, radio, biblioteca, escuela, terminal, parque). En el final de la primera parte luce poderoso.

Anoto al margen, la película tiene como servicio no buscado (creo) obrar como despedida y testimonio de referencias locales en proceso de extinción (elijo no enumerar).
Las escenas en zonas rurales reflejan ambientes más comunes unas décadas atrás, previas a la nueva agricultura. Predominan los pastos naturales, algunos maizales y crianza de pequeños animales, y se omiten los prolijos lotes de soja, los “barbechos químicos”. Los vacunos se arrean y no se ven “feed lots”.
El nombre del oscuro intendente ficcional suena parecido al de un retirado político local.
Actrices y actores locales, que los hay, aprueban muy satisfactoriamente sus breves intervenciones.
Excusas por las autorreferencias, pero la Escuela 1 queda involucrada en un intrigante capítulo de la ficción que me toca cerca, porque mezcla muchos datos reales de mi historia personal. Mi condición de ex alumno, como el protagonista, pero de la década del 60 cuando ocurren los hechos investigados, hace que muchas fotos resulten conocidas, y algunos nombres mencionados coincidan con los de reales docentes y directoras. Por un momento alucino haber tenido a Carmen de señorita !
Creo que hay una escena que un trenquelauquenche puede entenderla mejor que otras personas ajenas a la ciudad. El retorno de Rafael a Buenos Aires en micro, la salida hacia la ruta y el giro hacia el Este. Los que hemos dejado el pueblo, aun los que luego volvemos en otra etapa, sabemos lo que se siente en esa rotonda. Ayuda para entender que Rafael abandona Trenque Lauquen, y toda esperanza sobre Laura.
Hablando de referencias autobiográficas. El enamorado de Laura, y de Carmen, es un colo. Y el Rolo no interpreta, solo reproduce su desempeño en el pasatiempo radial.
Llegando al final, impresiona el comportamiento del público: Aplauso largo y sostenido (no hay amigos ni familiares, lleva tres meses de exhibición). Otra, los asistentes se quedan atentos a leer los créditos hasta el final.
¿Qué me pareció la película? Me encantó !!
Pero no soy crítico de cine ni te la voy a “spoilear”, solo quería compartir apuntes desde la butaca de un trenquelauquenche sobre “Trenque Lauquen”, luego de verla el 1 de abril de 2023, el mismo día que recibió un nuevo reconocimiento internacional.