Diversas investigaciones han destacado los efectos positivos del ajedrez en el funcionamiento cerebral. Este juego obliga a los jugadores a recordar movimientos previos, analizar estrategias y prever las respuestas del adversario. En un mundo donde la capacidad de atención es cada vez más limitada, el ajedrez se presenta como un excelente entrenamiento para mejorar la concentración. Aunque pueda parecer un juego rígido, el ajedrez constituye un espacio ideal para la creatividad. Cada partida exige planificar movimientos futuros, evaluar múltiples escenarios y anticipar las jugadas del oponente, habilidades fundamentales no solo en el ajedrez, sino también en la vida cotidiana.
Desde esta perspectiva, la incorporación del ajedrez en instituciones públicas puede ser una herramienta valiosa de inclusión, que promueva el aprendizaje significativo de contenidos y la articulación de diversos sistemas de lenguaje.
El ajedrez como herramienta educativa y de inclusión social
Los educadores coinciden en que la memoria, la imaginación y la visualización son pilares fundamentales para el aprendizaje en la infancia. En 1995, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomendó su inclusión en los niveles primario y secundario en todos los países miembros. Sin embargo, en la Argentina, aún no forma parte de la Ley Nacional de Educación, por lo que su enseñanza es sui generis y depende del interés de cada provincia, sin una valoración uniforme de su potencial pedagógico.
En este contexto, cabe destacar antecedentes como los lineamientos sobre “Ajedrez Educativo” difundidos en 2022 por la Dirección de Políticas Socioeducativas de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
En el plano internacional, merece especial atención la Declaración de 2012 del Parlamento Europeo, mediante la cual se instó a la Comisión Europea y a los Estados miembros a apoyar la introducción del ajedrez en los sistemas educativos, por considerarlo un medio eficaz para que los niños desarrollen "la creatividad, la intuición y la memoria". En España, el reconocido periodista especializado Leontxo García escribía en 2015, en el diario El País, que “el ajedrez como asignatura es desde hoy uno de los poquísimos asuntos que concitan el acuerdo unánime de los partidos políticos españoles”.
Mientras se debate sobre su inclusión como materia curricular o extracurricular, sobre su carácter obligatorio u optativo, sobre la edad ideal de inicio o el perfil idóneo del instructor (entre la pedagogía del docente y el conocimiento del ajedrecista), lo cierto es que su incorporación a los programas escolares sigue postergándose.
El ajedrez tras las rejas, una mirada integral
En cuanto al uso del ajedrez en contextos penitenciarios, se ha demostrado que varios de sus beneficios coinciden con necesidades centrales en dichos entornos. Además de mejorar la toma de decisiones, el pensamiento estratégico y la concentración, el ajedrez fomenta la resolución de problemas sin violencia, al exigir planificación y anticipación de consecuencias. Asimismo, ayuda a reducir la impulsividad, enseña a manejar la frustración (por ejemplo, al perder una partida) y promueve la empatía, al invitar a los jugadores a “ponerse en el lugar del oponente”. También favorece la integración y la disciplina, al crear espacios de diálogo respetuoso entre internos —incluso entre grupos en conflicto— y al establecer rutinas estructuradas, fundamentales para la readaptación postpenitenciaria.
Existen experiencias exitosas en este sentido. En la Unidad Penitenciaria N.º 3 de Mendoza, se implementó un programa de ajedrez con el apoyo de la Universidad Nacional de Cuyo, cuyos resultados mostraron mejoras en la conducta y una reducción de incidentes violentos. La organización “Ajedrez para la Libertad” (Córdoba) desarrolla actividades en cárceles federales, combinando torneos con talleres de reflexión ética.
No ignoramos los argumentos que consideran estas iniciativas como una “solución romántica” en contextos donde aún no se garantiza el acceso real a derechos básicos. Sin embargo, sin desconocer las deficiencias estructurales del sistema penitenciario, esta propuesta puede contribuir —con bajo impacto presupuestario— a mejorar las condiciones de vida de las personas privadas de su libertad. En este sentido, recomendamos como material de referencia el libro Ajedrez tras las rejas, de Diego Rasskin (análisis de casos en América Latina), o el estudio Chess as a Rehabilitation Tool in Prisons (Journal of Correctional Education, 2020).
El talento precoz de Faustino Oro y el mundo digital.
El ajedrez ha tomado un renovado impulso a nivel mundial gracias a la proliferación de plataformas digitales, que permiten a personas de todo el mundo jugar partidas en línea (en modalidades rápidas o clásicas), tomar lecciones, analizar partidas y seguir competencias en tiempo real.
En el caso de Hispanoamérica, el fenómeno se ve reforzado por el asombroso desempeño del niño argentino Faustino Oro, quien se ha convertido en el maestro internacional más joven de la historia.
Estas circunstancias pueden potenciar aún más las acciones para fomentar la práctica de este “deporte-ciencia”.